Estados Unidos e Israel rechazaron un plan árabe para la reconstrucción posbélica de la Franja de Gaza que permitiría a los 2,1 millones de palestinos que viven allí permanecer en el lugar.
La propuesta, respaldada por los líderes árabes en una cumbre en El Cairo, es su alternativa a la idea del presidente Donald Trump de que Estados Unidos tome el control de Gaza y reasiente permanentemente a su población.
La Autoridad Palestina y Hamás dieron la bienvenida al plan árabe, que exige que Gaza sea gobernada temporalmente por un comité de expertos independientes y que se desplieguen allí fuerzas de paz internacionales.
La cumbre se llevó a cabo en medio de una creciente preocupación de que el frágil acuerdo de alto el fuego de Gaza podría colapsar después de que la primera fase de seis semanas expirara el sábado pasado.
Israel ha bloqueado la entrada de ayuda al territorio para presionar a Hamás para que acepte una nueva propuesta estadounidense de una extensión temporal de la tregua, durante la cual más rehenes retenidos en Gaza serían liberados a cambio de prisioneros palestinos.
Hamás ha insistido en que la segunda fase debe comenzar como se acordó, lo que conduciría al fin de la guerra y a una retirada total de las tropas israelíes.
Israeli Prime Minister Benjamin Netanyahu has ruled out any future role in Gaza for Hamas or the PA.

En una declaración en la que se apoyaba el plan se subrayaba “el rechazo categórico a cualquier forma de desplazamiento del pueblo palestino”, y se describía esa idea como “una grave violación del derecho internacional, un crimen contra la humanidad y una limpieza étnica”.
El plan prevé que la reconstrucción se lleve a cabo en tres fases y dure cinco años, durante los cuales unos 1,5 millones de desplazados de Gaza serían trasladados a 200.000 viviendas prefabricadas y 60.000 casas reparadas.
En la segunda fase, que duraría dos años y costaría 20.000 millones de dólares, se reconstruirían viviendas y servicios públicos. En la tercera fase, que duraría otros dos años y costaría 30.000 millones de dólares, se construirían un aeropuerto, dos puertos marítimos y una zona industrial.
El plan árabe también propone que un “comité administrativo” formado por tecnócratas palestinos independientes dirija la Gaza de posguerra durante un período de transición mientras “trabaja para dar poder a la Autoridad Palestina para que regrese”.
El presidente palestino Mahmud Abás, que encabeza la Autoridad Palestina, dijo en la cumbre que acogía con satisfacción el plan árabe e instó a Donald Trump a apoyarlo.
Hamás dijo que apreciaba “la posición árabe de rechazar los intentos de desplazar a nuestro pueblo”.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha descartado cualquier papel futuro en Gaza para Hamás o la Autoridad Palestina.
Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel rechazó rápidamente la declaración de la Liga Árabe que respaldaba el plan egipcio, diciendo que “no aborda las realidades de la situación después del 7 de octubre de 2023 y sigue arraigado en perspectivas obsoletas”.

“El presidente Trump mantiene su visión de reconstruir Gaza libre de Hamás. Esperamos que haya más conversaciones para traer paz y prosperidad a la región”.
Trump propuso el mes pasado que Estados Unidos “se adueñaría” de Gaza y reubicaría a su población, para que pudiera reconstruirse y convertirse en la “Riviera del Medio Oriente”.
Según él, los palestinos desplazados no tendrán derecho a regresar porque tendrán “viviendas mucho mejores” en Egipto, Jordania y otros países.
El secretario general adjunto de la Liga Árabe, Hossam Zaki, dijo a la BBC el miércoles que el enfoque de Trump era inaceptable.